martes, 31 de mayo de 2011

"blok łodzi" (perdido en la fábrica de llantas)

Al comienzo, para Guillermo, su casa ejemplificaba muy bien lo que se esperaba de él: serenidad, solidez, cultura. Pronto notó que sus planes no funcionaban. El barrio se llenó de gente que ejemplificaba muy bien lo que el no conocía: la familia amplia, el campo, la alegría. Se hizo amigo de sus vecinos, pero hubo quienes se opusieron. Por mucho tiempo, junto a la casa de Guillermo, se construyó un fortín que atemorizaba a los niños. Pasaron los años y los hijos de Guillermo seguían viviendo en su casa, el barrio se había convertido en una gran fábrica de llantas. Guillermo nunca supo de esa ocupación, ni tampoco supieron sus hijos. Estaban desubicados. El fortín fue ocupado por una familia de gente agradable que en aquellas casas/cajas de fósforos encontró la forma de ubicar tres carros y una oficina. Para cuando Guillermo llegó a la edad dorada su casa ejemplificaba el conflicto de lo que había sido la mal llamada clase media quiteña: un monumento a una cultura que desaparecía, en medio de una fábrica de llantas.




truly gómez
05/31/11

lunes, 23 de mayo de 2011

"match point"

b: hey tú
a: hola
b: sigues con tu pelado?
a: no
b: pero en serio
a: si, el man es bien turro
b: ah, y tienes facebook?
a: si
b: cuántos amigos tienes?
a: ciento noventa y seis
b: y piensas tener cuatro más?
a: no, de hecho estaba pensando que debería no añadir a nadie más, quizás reemplazar a unos cuantos
b: ah
a: y tú?
b: yo, yo tengo como ciento cincuenta nomás.
a: en serio? (match point)
b: si, quisieras ir al cine conmigo?



santiago soto
05/23/11

lunes, 16 de mayo de 2011

"cincuenta centavos de sucre"

lo primero que alguna vez compré en una tienda fue un beso de negra y en realidad no era en una tienda, sino en una farmacia. el farmacéutico de mi barrio se ganaba más plata en caramelos que en aspirinas. recuerdo la magnitud de la moneda más gorda que alguna vez había sostenido, pesando entre mis dedos. conté los pasos que me tomaba de mi casa a la farmacia, recuerdo los fierros de la reja. eran señales de que podía operar en el mundo de los adultos. según yo, en la radio se escuchaba algo ecuatoriano, en la tele también, no habían taxistas que habían estudiado para ser arquitectos, ni farmacéuticos que en realidad se especializaran en vender caramelos.


pasta-za!
05/12/11